Parece que ir a un psicólogo lleva implícito tener un problema emocional que no puedes solucionar, no sabes cómo afrontar y por ello pides ayuda.
Existe la otra rama, aquella que ayuda a las personas a saber quién son, y a mejorar y aprender a desarrollar su crecimiento personal. Son personas que buscan ayuda para dirigir su vida, saber salir de su zona de confort, afrontar los miedos que se lo impiden.
Sí, la figura del psicólogo te puede ayudar hacia las dos direcciones.
Pero hay veces que las personas tenemos un bloqueo en un momento dado, necesitan en una situación específica que alguien les guíe, les eche una mano, les dé otro punto de vista. Esto no significa que haya tratamiento ni que haya un proceso a trabajar.
Hablamos situaciones vitales de la vida de una persona. Vamos a poner varios ejemplos:
“Quiero divorciarme y no sé cómo dar el paso”: la persona se da cuenta que no es sólo lo que representa el divorcio en sí hacia su pareja sino todo lo que conlleva, da miedo dar este paso, se plantea cómo comunicarlo a la familia, qué hacer después, cómo hacer una negociación…
“Debo tomar una decisión y no sé cómo”: en la vida de la persona aparecen muchas decisiones a tomar que la persona se siente bloqueada, aparece el miedo a: ¿Y si no elijo bien? La figura del psicólogo te puede ayudar con un nuevo enfoque.
“He roto con la pareja, ¿Y ahora qué?: Cuando se rompe una pareja debe pasar pro uno duelo que es importante que sepa gestionar.
“Ha fallecido un familiar y no sé cómo decirlo a mis hijos”: En momentos difíciles, saber comunicar de la forma correcta puede ayudar a la persona a saber llevar la situación de la mejor manera posible.
Estos son algunos ejemplos que de forma puntual el psicólogo te puede ayudar. Hablamos de un asesoramiento psicológico puntual, de una o dos sesiones con el objetivo de guiar a la persona en un momento dado de su ciclo vital.
En el centro IAN DE PSIQUE ofrecemos este servicio innovador.