Las rabietas son estados emocionales por los que pasan nuestr@s hij@s, en un momento determinado de su vida. Suelen aparecer a los dos años y principalmente expresan enfado, frustración o confusión ante alguna situación.
Las podemos detectar porque l@s niñ@s no toleran que les controlen, luchan por ser independientes, y quieren controlar a sus padres o la situación que les viene, principalmente.
Algunas de las posibles causas de las rabietas infantiles pueden ser:
Llamar la atención
Frustración interna por conseguir algo que no tienen y lo quieren en este momento.
Celos
Búsqueda de la independencia total y absoluta
Ante todo, queridos padres, las rabietas no duran de por vida y con una buena gestión emocional se pueden sobre llevar y prevenir de una forma paciente. A continuación os doy 5 consejos para sobrellevarlas:
No ceder antes sus deseos: por muy empeñado que esté debemos permanecer firmes ante nuestras decisiones. Nos llevarán a límites extremos (a veces ni nosotros sabemos que podíamos llegar allí) pero tenemos que ser pacientes, respirar hondo y no ceder ante esa demanda.
No enfadarte: ya que si ve que ha producido alguna reacción de ira en ti ha conseguido tu atención y por tanto continuará hasta que conseguir lo que demanda.
No pegar o gritar: volvemos a lo mismo, el cachete no es una opción en estas situaciones y mucho menos gritarle ya que estamos echando más leña al fuego y nos resultara muy difícil volver a un estado de calma
Comunicación clara: es decir, aunque este en un estado donde no se puede dialogar, debes mandarle un mensaje claro y conciso de tus deseos, de esta forma cuando se calme podréis negociar y llegar a un acuerdo.
Hablarle desde el cariño: una vez se ha calmado es importante enseñarle a gestionar sus emociones y hablarle de forma cariñosa, no le riñas por lo que acaba de pasar, aprenderá más si intentas comprenderlo y le haces saber que estas feliz porque se ha calmado (aunque en ese momento no sea así...). Así le llegaran dos mensajes, aprender a calmarse solos y a saber pedir ayuda cuando lo necesitan.
¿Y tú? ¿Cómo has gestionado las rabietas de tus hij@s?
Acordaos de compartir vuestras historias, seguro que podemos aprender de ellas!