A la edad de los dos años suelen aparecer las temidas rabietas. Son absolutamente normales y aparecen por diversos motivos:
[if !supportLists]• [endif]Se enfadan
[if !supportLists]• [endif]Están cansados
[if !supportLists]• [endif]Muestran su frustración o contrariedad
El lenguaje emocional del niño y el posicionamiento del adulto. Es importante entender e interpretar qué le pasa y qué siente, para enseñarle a entender lo que le pasa, ayudarle a que las pueda nombrar y para que exprese cómo se siente.
Aparecen las rabietas. [endif]Ante la rabieta, ¿qué debemos hacer?
Lo primero, mantener la calma. El objetivo es reducir la probabilidad de que continúan y se mantengan a a lo largo del tiempo instalados en sus rabietas. Si reaccionamos con enojo estamos reafirmando su rabieta. No tienes que ceder ante las rabietas, ya que lo interpretarán como una forma de salirse con la suya.
¿Se pueden evitar las rabietas?
No se trata de razonar con el niño ya que a esta edad es más que imposible pero sí que podemos aplicar unas sencillas pautas para poder evitar estas rabietas:
[if !supportLists]• [endif]Evita las situaciones conflictivas (se ven venir)
[if !supportLists]• [endif]Refuerza su comportamiento positivo: elógialo para que aprenda qué esperamos de él en cada situación
[if !supportLists]• [endif]Establece normas claras y sencillas
Formas de abordar las rabietas
Una vez se han iniciado las rabietas puedes usar las siguientes herramientas:
1. Desvía su atención. En ocasiones, algo tan sencillo como distraerlo con otra actividad o cambiando de tema: una actividad nueva, inventar un juego, es el momento de ser creativos y divertidos. Lo importante es presentarle algo que se sale de lo habitual.
2. Ignóralas. Si te es posible, una vez se ha desencadenado la tormenta, ignórala y mantente firme. Márchate a otra habitación si fuera necesario. Las rabietas se dan en las relaciones no en los lugares. Si no hay testigos las rabietas cesan.
Cuando las rabietas se producen en el escenario público, fuera de casa, muchos padres acaban cediendo por vergüenza y no saber cómo actuar. Tenemos que estar serenos y mostrarnos firmes, dejando de lado las opiniones de las miradas.
Lo que no podemos hacer
Ceder. Los niños aprenden que con las rabietas consiguen lo que quieren. Eso hará que se repitan con mayor frecuencia.
Hacer uso del castigo físico (cachete). No podemos abordar las rabietas con un cachete, pues incrementamos su frecuencia y duración. “Un cachete a tiempo” siempre es a destiempo y tiene consecuencias negativas.
El consejo más importante que te puedo dar: Trata a tu hijo con respeto.
Al igual que no existen padres perfectos, tampoco existen hijos perfectos