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Foto del escritorIan de Psique Centro de Psicología

REINICIANDO


Este fin de semana tendrá lugar en el centro el taller práctico “Reiniciando”. Este surge a raíz de la petición de una paciente que tras diversos cambios en su vida se encontraba en una situación de estancamiento de la que no sabía cómo salir.


Muchas veces nos enfrentamos a momentos difíciles y duros. En ocasiones, no estamos preparados para hacer frente a un cambio repentino y nos hundimos, llegando incluso a sentir desesperación y depresión.


Vamos a ver el caso de Emma.


Emma, 38 años, profesora. Su depresión empezó hace un año y medio cuando su marido Arnau murió repentinamente. Su vida se deshizo. Viéndose incapaz de cuidar a su hijo de 3 años que actualmente vive con sus padres. Lleva meses sin tratamiento y ha reducido drásticamente sus actividades. No ve a sus amigos, no va de compras ni lee, ni va al gimnasio como solía hacer. Se pasa la mayor parte del día llorando y recordando cómo era su vida junto a su marido. Ha pensado en suicidarse, pero ahora entiende que no puede dejar solo a su hijo.


Actualmente Emma sigue pensando obsesivamente de la siguiente manera: “no puedo soportarlo”, “mi vida no tiene sentido”, “nunca seré feliz”, “no me merezco vivir”…


¿Cómo creéis que se siente?, ¿Cómo creéis que es su vida?


Efectivamente su vida es muy triste, se siente muy deprimida y desesperanzada. Su vida es pura inercia.


La situación que ha vivido es muy dura, no podemos estar más de acuerdo. No obstante, ¿cuál creéis que es el determinante de cómo nos sentimos y de cómo actuamos?


Nuestros pensamientos son la variable mediadora entre la situación y nuestra conducta. Determinan cómo nos sentimos y cómo actuamos. Es más, no puede haber un estado emocional si antes no ha habido una interpretación que lo ha provocado.


La forma exacta en la que pensamos, nuestro diálogo interno, aquellos mensajes que nos decimos a nosotros mismos, nuestros juicios e interpretaciones, provocan directamente nuestras emociones y sentimientos y consecuentemente nuestro comportamiento.


Los eventos que ocurren en nuestra vida evidentemente influyen en el sentido que provocan nuestros pensamientos y por tanto, nuestras emociones. Pero no hay que confundirlo. Si hubiera una relación directa entre lo que pasa y cómo nos sentimos, a todo el mundo que le sucediera una situación semejante, reaccionaría de la misma forma. Pero esto no es así. Es más, si la misma situación le ocurre diversas veces a la misma persona, probablemente, las reacciones emocionales van a ser distintas cada vez. Esto demuestra que la ecuación es más complicada que “situación provoca emociones”. Hay un ingrediente mediador y de mucha importancia, los pensamientos.


Cuando suceden situaciones como esta, resulta de suma importancia saber cómo afrontarlas, siendo capaces de sobreponernos a los problemas de la mejor forma posible siendo resilientes.


Cuando hablamos de personas resilientes nos referimos a personas capaces de sobreponerse a las dificultades y utilizar estas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial. Siendo resilientes podemos ser conscientes de que “después de la tormenta siempre llega la calma”. Por tanto, se desarrolla una habilidad mental para ser más optimista y enfrentarse de forma adaptativa a los problemas.


Seguramente conocemos a personas resilientes que han pasado por situaciones muy difíciles y a pesar de ello siguen sonriendo y afrontando la vida de forma óptima. Pero, ¿cómo hacerlo?


Hay que dejar claro que el malestar o el dolor que producen las situaciones problemáticas es inevitable y necesario para una mayor evolución personal. En el momento que nos recuperamos de esos problemas volvemos a tener motivaciones a pesar del sufrimiento.


Para ser resiliente no es necesario tener unas habilidades o cualidades excepcionales. Lo importante es conocer los recursos que están a nuestra disposición y ponerlos en práctica a diario.


En el taller Reiniciando podemos ayudarte. Apúntate y aprende como:

  • Actuar frente a la adversidad

  • Tomar decisiones

  • Cambiar tus pensamientos negativos

  • Sufrir menos, disfrutar más

  • Estrategias para caminar hacia el futuro

  • Ser resiliente


“La adversidad gestionada de manera eficaz puede impulsarnos a salir de la zona de confort que nos da abrigo, seguridad y placer para así descubrir nuevos talentos, nuevas metas y nuevos proyectos que pueden llevar al éxito”.

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