Este domingo es un día muy especial para todos. El primer domingo de mayo celebramos siempre el día de la madre y tenemos la excusa perfecta para darles todos esos besos y achuchones que a veces olvidamos o no estamos tan acostumbrados a darles.
Todos tenemos la gran suerte de tener a una gran figura femenina con título de mamá, ya sea a modo de madre biológica, abuela, tía, hermana o incluso de alguien ajeno a nuestro contexto que en un determinado momento y por mil circunstancias tuvo que suplir ese rol. Esto me lleva a pensar lo esencial que es en la vida de todo ser humano la necesidad básica y afectiva de tener una mamá.
Y no es de extrañar que todos necesitemos esa figura que, aunque a veces haga muy de poli mala y pesadita, nos proporciona cuatro aspectos esenciales para poder desarrollarnos como personas y como adultos más o menos completos.
La primera de ellas es algo que toda persona necesita para saber que existe y es importante y valorado por alguien. No es nada más ni nada menos que el amor incondicional, que nos lo pueden demostrar mejor o peor pero que sabemos que siempre, siempre las tendremos ahí para lo que sea. Después nos encontramos con el apoyo que, al igual que el amor, es incondicional la mayoría de las veces.
La sensación de saber que decidamos lo que decidamos, de una manera u otra, estarán a nuestro lado es vital para atrevernos a explorar y salir de nuestra zona de confort. Luego tenemos el sentimiento de protección y seguridad que nos proporcionan sin pedir nada a cambio. Y, por último, tenemos ese vínculo tan único que nos une a esa mujer con M de mamá donde nace esa sensación de estar como en casa.
Así que, aunque no estés tan acostumbrado a decirle un te quiero y darle miles de besos y abrazos, intenta hacerlo más a menudo. Es la manera más bonita de decirles gracias por aportarnos esos pilares tan básicos para nuestro desarrollo emocional.
Si tienes a una mujer con M de mamá a la que quieres tanto como yo a mi tía comparte.
¡FELIZ DÍA DE LA MADRE MAMIS DEL MUNDO!