7 ene 20202 Min. de lectura

LA MOTIVACIÓN EN NIÑOS. BÁSICA PERO OLVIDADA

Enero significa inicio de año, inicio de nuevos propósitos y un golpe de energía para sentirnos capaces de conseguirlos. Pero, ¿por qué de repente esas ganas se diluyen y volvemos a dejarnos las cosas para otro momento?

Esto me ha dado qué pensar. En consulta veo como en diferentes situaciones con los peques y no tan peques ocurre lo mismo. Lo veo con las tareas diarias, con las extraescolares o incluso ¡con el juego! ¿Por qué ocurre esto? ¿qué paso nos estamos saltando? ¿o mas bien será que nos estamos olvidando de estimular algo que al parecer es la base de todo aprendizaje?

La MOTIVACIÓN es la gran olvidada porque la damos por sentada. Sin embargo, hay que tener claro que todo lo “auto” o intrínseco comienza por aprenderlo con otro, con un modelo y un referente adulto. Piénsalo un poco… cuando vas a empezar una actividad diaria no te sale un “pufff” o “que pereza, no me apetece…”. En cambio, cuando algo nos motiva y apetece ni lo pensamos. ¡Actuamos y punto!

Entonces, ¿cómo podemos potenciar esta maravillosa habilidad con los niños?

Aquí van algunas ideas:

El aprendizaje por imitación es básico, así que empecemos por predicar con el ejemplo y no “reneguemos” tanto en voz alta de aquellas cosas que sabemos que tenemos que hacer porque son nuestra responsabilidad. La ACTITUD es siempre súper importante.
Transmíteles la idea y el valor del ESFUERZO como algo inherente a todo. La vida real no es fácil ni de color de rosa. Escoge un par de cuentos que sean de su interés y crea historias paralelas de cómo esos personajes han conseguido ser como son. Vamos a darle rienda suelta a la imaginación. Crear referentes que se esfuerzan y luchan por conseguir sus objetivos tiene un gran impacto.
Cuéntale tus propias vivencias personales cuando de peque conseguías hacer algo por ti mismo. Intenta transmitirle esa SENSACIÓN DE BIENESTAR, DE ORGULLO Y SATISFACCIÓN.
RECONOCE Y FELICÍTALE cuando veas que se esfuerza para que algo salga o quede bien.
Y, sobre todo, dale TIEMPO Y ESPACIO cuando está aprendiendo a hacer algo. Al principio será lento y torpe, pero cuando lo consiga vivirá en primera persona esa maravillosa sensación de bienestar y plenitud.