¡Ya has superado la primera quincena de confinamiento! Parecía imposible ¿verdad? y es que esto empieza a hacerse cuesta arriba. Estar las casi 24 horas del día en un espacio limitado y solo en contacto con tu núcleo familiar, marido/mujer e hijos, es una situación poco usual e inimaginable, al menos hasta hace unos días…
Imagina que si en tu vida normal, antes de que apareciera esta pandemia, ya había discusiones y momentos o días de tensión con los tuyos, ahora que estáis todos juntitos pueden darse momentos muy muy tensos.
La situación es esta: cada uno procesándolo como bien puede y teniendo su rato de aburrimiento, de estar ocupados adelantando trabajo y momentos en los que os entra ansiedad por la situación.
Vamos... una bomba de relojería en toda regla, repleta de emociones desagradables, de la que salen a relucir más que nunca aquellos desacuerdos y dificultades en las relaciones familiares. Están siendo momentos en los que se evidencia aún más que tus hijos no colaboran en las tareas de casa, ves más su desmotivación por los estudios y la vida en general, e incluso resurge ese sentimiento de incompetencia en tus aptitudes como mami o papi…
La situación necesita de medidas que al menos, de momento, os dejen tener una buena convivencia. Así que te dejo aquí algunos tips para tener una mejor convivencia:
Lo primero es saber cómo comunicarte con los diferentes miembros de tu familia. Intenta escuchar lo máximo posible y no juzgues rápidamente, todos al igual que tu estáis frustrados y angustiados por la situación.
Evita a toda costa las discusiones. Si ves que la situación se va poniendo tensa es preferible dejarlo para luego, cuando esteis más calmados.
Establece pequeñas asambleas para resolver conflictos. Podéis crear el bote de los conflictos donde cada uno puede ir poniendo aquello que le desagrada o le incomoda. Durante la asamblea se leen y entre todos crearéis una lista de posibles soluciones de las cuales elegiréis una para solucionarlo. De esta manera nadie se siente señalado y tanto el problema como la solución es cosa de todos.
Si necesitas decir algo, elige un momento en el que no estés enfadado o demasiado susceptible.
Expresa lo que está ocurriendo en el momento y no generalices. Es decir, evita los “tú siempre o nunca…” y expresa cómo te sientes ante la situación y no cómo te hacen sentir los demás “cuando hablas así me siento triste o enfadada y me gustaría que intentaras…”
La situación es complicada ya de por sí. Tú y tu familia necesitáis crear herramientas nuevas para sobrellevarlo lo mejor posible. Si necesitas más orientación y ayuda en Ian de Psique estamos muy implicadas en crear herramientas rumbo hacia tu bienestar y el de tu familia. No dudes en preguntarnos.
¡ÁNIMO! 😉
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