Más allá de un problema académico
El día 13 de julio se celebra el día internacional del Trastorno por Déficit de Atención Hiperactividad (TDAH). El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que generalmente muestra su sintomatología antes de los 12 años de edad y se caracteriza por falta de atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
En cuanto a su sintomatología, a nivel observacional, por un lado una persona con TDAH puede presentar señales de inatención como: no prestar atención suficiente a los detalles, incurrir en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades, dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas, parece no escuchar cuando se le habla directamente, no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de trabajo, es descuidado en las actividades diarias…
Por otro lado, a nivel comportamental podemos observar sintomatología que impacta negativamente en las actividades sociales y académicas/ocupacionales, como por ejemplo: se remueve en su asiento, abandona su asiento en situaciones en que se espera que permanezca sentado, corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo, tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio, habla en exceso, precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas, tiene dificultades para guardar turno, interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros…
De forma general, obtenemos mucha información en cuanto a la influencia que puede tener el TDAH en el rendimiento académico de estos niños. Sin embargo, desde nuestro centro queremos destacar la parte más silenciosa de este trastorno: la interferencia que supone a nivel social.
El TDAH hace que los niños sean más distraídos, hiperactivos e impulsivos y esto supone más complicaciones para desarrollar las habilidades que controlan la atención, el comportamiento, las emociones y la actividad general. Son muchos los estudios que respaldan que los niños con TDAH presentan habilidades interpersonales deficientes, en comparación a sus iguales.
A nivel social, los niños con dicho trastorno presentan dificultades para interpretar las situaciones sociales, un autoconcepto negativo, dificultad para internalizar y generalizar las normas sociales, dificultad en el control y gestión de las emociones y dificultad para respetar normas y límites. Esta sintomatología en ocasiones puede desencadenar conflictos a nivel social, los cuales el niño no acaba de comprender.
De esta manera, las personas con TDAH muestran relaciones sociales disfuncionales, conductas desadaptativas y una adaptación disfuncional al entorno social, lo que puede conllevar rechazo social, baja autoestima, aislamiento, irritabilidad…
Así, el entrenamiento en habilidades sociales e interpersonales es algo indispensable tras la detección de dicho trastorno. Algunas de las recomendaciones para los hogares con integrantes con TDAH serían: trabajar mucho el diálogo (asambleas familiares, conversaciones, debates…), explicación verbal, modelado, role-playing, elogiar comportamientos que queremos que se den con mayor frecuencia…
Si detectas la sintomatología expuesta en este post o encuentras estas dificultades en un familiar con TDAH, os animamos a trabajar en el entrenamiento de las habilidades necesarias para gestionarlo, siempre rumbo hacia tu bienestar.
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