La importancia de las emociones del familiar adicto.
La adicción es un monstruo que lo arrasa todo y a todos a los que rodean al adicto. Es importante entender que la adicción es una enfermedad que, no solamente la padece la persona adicta sino, también los familiares.
La atención y el acompañamiento del familiar en este proceso es de vital importancia para que el camino tenga más garantía de éxito.
La familia se siente muy perdida, no entiende nada, van a la deriva en un mar lleno de tormentas que no saben qué dirección tomar.
Tienen ambivalencia en cuanto a qué hacer con el adicto, porque no pueden pensar en ellos mismos y en su bienestar, y hacen lo posible para que el adicto esté bien, esto hace que haya fracaso tras fracaso, y esto se convierta en obsesión para el familiar.
Las relaciones con el familiar se deterioran de tal manera que es como la carcoma que va comiendo por dentro destrozando todo aquello de lo que se nutre.
Aparece culpabilidad por parte del familiar, sobre todo si el familiar es el padre o madre, ya que se sienten responsables de que su hij@ haya caído en el mundo de las drogas.
Algo deben haber hecho mal para que su hij@ haya caído en sus redes.
Pero esto es una gran creencia que les pesa en los hombros como una barra de hierro y les martiriza toda su vida.
Es importante ayudarles a entender que esto no es una realidad, que ellos no son responsables de que su hijo haya entrado en el espiral de la adicción. Sino que es una enfermedad que conjugan muchos factores, que es una enfermedad muy compleja.
El familiar se convierte en codependiente. Esto quiere decir que se convierte en adicto del adicto, es su razón de ser, su única lucha tiene que ver con salvar a su familiar.
En la película de “Heroína” se ve muy bien el papel de la madre y cómo el “salvar a su hijo” es lo único que importa.
La impotencia que siente el familiar de ver como el adicto se está enterrando su propia tumba, que lo está perdiendo todo, incluso su propia vida, debe ser manejada de alguna manera, debe aprender a lidiar y poner límites para no sentirse arrastrado por este sunami tan oscuro y revesado.
A veces el familiar actúa de una forma que en realidad está fomentando incluso que continúe en la adicción, ya que, por amor, no deja que haya una consecuencia. Ponemos un ejemplo:
Imagina que durante la noche ha habido consumo de alcohol y cocaína, te toca ir a trabajar y estas en casa de tus padres. El jefe llama a casa y tú como madre, le escusas diciendo que está con fiebre en cama y que no se encuentra bien. Tú como familiar actúas pensando algo así como “ya tiene bastantes problemas para además perder el trabajo”. Pero no te das cuenta que no le dejas que tenga consecuencias de sus actos.
La labor del profesional es ayudarte a entender cómo funciona el adicto, de sustentar tus emociones y de aprender a cómo manejar la situación.
Si te sientes identificado, no dudes en pedir ayuda, y poner Rumbo hacia tu Bienestar.
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