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Foto del escritorJosé Manuel Bonet

MI ABUEL@ NO ESTÁ BIEN



¿Podría ayudarle un psicólogo?.






Las personas mayores tienen que hacer frente a muchos cambios y estresores durante la última etapa de su vida. Así pues, han de gestionar procesos de duelo por fallecimiento de sus seres queridos, la adaptación a la jubilación, la pérdida de las relaciones sociales o el hacerse cargo de los nietos, entre otras muchas cosas.


Además de esto, se añaden las dificultades biológicas, cognitivas y emocionales propias del envejecimiento normal: cansancio, menos agilidad física, pérdida de memoria, menor atención y dificultades en la planificación y en la concentración.


Por último, pueden aparecer enfermedades o complicaciones de salud, como demencias, roturas por caídas, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, artrosis u otras.


Todo esto puede ser suponer un gran reto para la persona y su capacidad para gestionarlo puede sobrepasar sus límites y aparecer sintomatología diversa, como tristeza, nerviosismo, desmotivación, dificultad para dormir, cambios bruscos de humor, aislamiento social, problemas en las relaciones, desesperanza hacia el futuro o, en casos más graves, ideación suicida.


¿CUÁNDO TENEMOS QUE ACUDIR AL PSICÓLOGO CON NUESTROS MAYORES?


En ocasiones vemos a nuestros padres, madres, abuelos y abuelas tristes, algo nerviosos, enfadados o pensativos, pero podemos dudar entre si se trata de algo “normal” y que pueden gestionar ellos solos con un poco de ayuda o si, por el contrario, sería bueno que acudiesen a un psicólogo o psicóloga para acompañarlos en el proceso.


Hay algunas señales o pistas que nos pueden hacer ver que sí, que deberíamos acudir a un psicólogo con nuestro familiar.


A continuación, te proponemos que reflexiones acerca de cómo son estos cambios que están sucediendo en la vida de esta persona para poder tomar la decisión de pedir ayuda psicológica, en caso de que sea necesario.


LAS 3 SEÑALES QUE NOS INDICAN QUE LA TERAPIA PSICOLÓGICA PUEDE AYUDAR A NUESTROS MAYORES.


La primera es la INTENSIDAD con la que se vive el problema.


Si tus padres o abuelos sienten emociones muy intensas que les desbordan es probable que necesiten un profesional de la psicología que les ayude a gestionarlas. No hablamos de una tristeza, culpa, enfado, preocupaciones o sentimientos de soledad de intensidad media y que todos podemos sentir de manera puntual, sino de emociones, pensamientos y

conductas desagradables muy intensas y molestas.


 La segunda es la FRECUENCIA de aparición del problema.


¿Aparece una vez a la semana, varias veces o casi todos los días? Puede que esas dificultades no sean demasiado intensas, pero si muy frecuentes. Esto ocurre cuando nos encontramos con emociones, pensamientos o conductas desagradables, de una intensidad moderada, pero que se repiten todos o casi todos los días. Por ejemplo, esto puede ocurrir si tu abuela se siente algo triste y decaída, esta tristeza la gestiona de una manera más o menos adecuada, pero está presente todos los días de manera continua. En este caso también sería interesante acudir a un psicólogo o psicóloga.


 La tercera es el GRADO DE AFECTACIÓN que el problema tiene en la vida de la persona.


Esto quiere decir que cuantas más áreas se vean afectadas por el problema (familia, pareja, relaciones sociales o hábitos de autocuidado, entre otras) más justificado estará consultar con un profesional de la psicología e iniciar un proceso psicoterapéutico.


YA LO TENEMOS DECIDIDO, ¿QUÉ TENGO QUE HACER?


Si ya tienes claro que tu familiar necesita que le ayudemos, lo primero sería sentarse con él o ella y, de una manera clara, amable y asertiva, explicarle por qué has llegado a esa conclusión para así aumentar su motivación e interés en la terapia.


Puedes animarle a que llame a nuestro centro o, si no se atreve a dar el paso, llamar tú mismo y pedir cita para él.


En la primera sesión estaremos con él para conocernos, evaluar sus dificultades y explicarle bien cómo va a ser la terapia, ya que muchos adultos mayores nunca han ido al psicólogo y el saber qué vamos a trabajar y cómo lo vamos a hacer les ayuda a normalizar el proceso, reducir la incertidumbre y aumentar su implicación en la terapia.

Si tienes dudas, quieres más información o quieres pedir cita, ponte en contacto con nosotros y te atenderemos lo antes posible. En IAN DE PSIQUE, RUMBO HACIA TU BIENESTAR.

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