¿PODEMOS VOLVERNOS ADICTOS A TODO ?
- Sandra Millán
- 31 oct 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 abr 2024
El concepto de adicción es prácticamente conocido por todos, y puede que no sea adecuado para todos los casos.

Sería raro que alguien no conociese el concepto de adicción en la actualidad, siendo seguramente uno de los problemas psicológicos que más fácilmente reconocemos. Las adicciones llevan con nosotros desde siempre, incluso vemos conductas que calificaríamos de adicción en el reino animal. Cuando se habla de adicción es posible que nos vengan algunos ejemplos a la cabeza, como puede ser el alcoholismo, el consumo de drogas o la ludopatía. Más recientemente, en los últimos años habremos escuchado hablar de adicción a las pantallas, a internet, a las redes sociales, videojuegos, etc. Si continuamos indagando escucharemos hablar incluso de adicción a la comida, o al deporte. Parece que existen infinidad de adicciones, dando la sensación de que todo puede llegar a ser adictivo. Pero ¿tenemos claro que significa ser adicto a algo?
La adicción se define como un problema o trastorno psicológico, por el cual se realiza una conducta de forma excesiva y sin control pese a las consecuencias negativas que esto pueda ocasionar. Se caracteriza por la aparición de dependencia psicológica o fisiológica, es decir, se necesita volver a consumir o realizar la conducta adictiva, incluso llegando a aparecer síndrome de abstinencia si esto no se lleva a cabo. Otra característica básica sería la tolerancia, donde se buscaría realizar esta conducta con más frecuencia o intensidad. Otras características asociadas a la adicción podrían ser la pérdida de control o pensamientos constantes relacionados con la conducta adictiva.
Actualmente existe debate sobre como clasificar ciertas conductas que anteriormente se hubieran calificado de adicción. Algunos expertos prefieren hablar de usos o hábitos problemáticos. ¿A que se refieren con estos términos?
El uso problemático o compulsivo, hace referencia a alguna conducta o hábito que parece escapar del control de la persona y que acaba siendo un problema clínico o psicológico al acabar afectando al bienestar a de la persona que lo sufre o a su entorno cercano.
El uso problemático también supone un problema psicológico que se puede tratar con la adecuada intervención psicológica.
Entonces, ¿Cuál sería la diferencia? En cuanto a la adicción el ejemplo más sencillo que podemos encontrar es el del consumo de drogas. Cuando existe una adicción a una sustancia podemos ver claramente algunas de las características que hemos mencionado antes. Se pierde el control del consumo, cada vez se necesita consumir más, todo parece girar entorno a la sustancia y si no se consume aparece el síndrome de abstinencia. Esto ocasiona que las diferentes áreas de la vida de la persona se vean afectadas al igual que las de las personas que le rodean.
Respecto al uso problemático, podemos encontrar ejemplos en el día a día. Por ejemplo, las redes sociales. Estas están diseñadas para que pasemos el máximo tiempo posible haciendo uso de ellas. Es posible que este uso acabe derivando en un problema si se empieza a perder el control sobre el hábito, excediendo el tiempo que le dedicamos a la aplicación. Esta pérdida de control puede hacer que otras actividades se vean desplazadas, como podrían ser actividades sociales que antes la persona realizaba. En este caso el área social se podría ver afectada y por lo tanto se podría empezar a considerar como un problema psicológico.
Otro ejemplo de uso problemático lo podríamos ver en la “adicción” a las compras. La persona poco a poco puede perder el control de la cantidad de prendas que compra, incluso que cada vez necesite comprar más y más. Pero en el caso de que pare de realizar este hábito problemático no necesariamente tendría que pasar por un síndrome de abstinencia físico como el que pasaría una persona al dejar el alcohol o el tabaco.
Hay aspectos compartidos que es importante destacar. Uno de los factores en común entre la adicción y los usos problemáticos es una dificultad en la gestión de las emociones. Tanto en uno como en otro concepto es muy posible que la persona trate de buscar emociones y sensaciones agradables al realizar la conducta, de la misma forma que puede estar tratando de aliviar emociones y sensaciones desagradables al llevarla cabo.
Respecto a la pregunta del título, la respuesta más adecuada sería decir depende. Seguramente es más probable que desarrollemos un problema de uso problemático que de adicción. Hay que tener en cuenta que, cada caso debe ser valorado específicamente para establecer una hipótesis concreta que se adapte a la realidad y al contexto de la persona, adaptando la intervención a cada en concreto. La buena noticia es que ambos problemas pueden ser tratados mediante terapia psicológica.
Si te sientes identificada/o con lo que acabas de leer, o detectas adicción o uso problemático en alguien de tu entorno, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Te ayudaremos a entender el problema y te acompañaremos en el proceso terapéutico.
En IAN DE PSIQUE, RUMBO HACIA TU BIENESTAR.
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