Cada vez son más las personas que entienden la terapia psicológica como una oportunidad para mejorar ciertos aspectos de su día a día.
Gracias a esto, son muchas las personas que acuden a consulta para establecer algunas pautas que les ayuden a gestionar determinadas situaciones. De esta manera, por lo que respecta al área infantojuvenil, muchas familias comparten motivos de consulta concretos y similares, como por ejemplo: problemas nocturnos, miedos, problemas de eliminación, rutinas...pero hay un tema que está más normalizado y que, sin embargo, llega a generar mucho malestar en el ámbito familiar: el momento de vestirse.
Las mañanas pueden ser complicadas en el ámbito familiar, ya que debemos respetar diferentes horarios (académicos y laborales) y generalmente suelen ser a contrarreloj. Llega un momento en el que esperamos que nuestros hijos comiencen a vestirse solos, ya que esto será bueno para ambas partes (padres e hijos): los niños ganarán autonomía y los padres podrán dedicarse a otros quehaceres de las mañanas tan ajetreadas. Sin embargo, el proceso de aprendizaje del vestido (entre los 3 y 5 años) puede ser complicado y generar mucha tensión desde el inicio del día.
Aunque parezca un tema ‘sin importancia’ hay muchas familias que sienten mucho malestar entorno a este tema, ya que enfrentan conductas desafiantes por parte de sus hijos desde el inicio del día y no saben cómo gestionarlas teniendo en cuenta los horarios que se deben respetar, que no hay que ceder ante conductas negativas que no queremos reforzar y, por supuesto, no querer empezar el día ‘batallando’ con nuestros hijos.
De esta manera, si a ti también te resulta complicado este momento del día o, si próximamente tendrás que introducirlo en la rutina de tus hijos, exponemos a continuación unas pautas que pueden ayudaros en este proceso de aprendizaje:
1. Trabaja la práctica positiva: comienza enseñándole en una hora del día tranquila que permita practicar con peluches o muñecos y hacerlo divertido mediante canciones, juegos... Ésto facilitará introducir éste grado de independencia por las mañanas.
2. Enséñale el proceso mediante una canción, esto le ayudará a seguir un orden que haga el vestido más fácil.
3. No lo compliques, durante el aprendizaje, dale a tu hijo prendas fáciles de poner. Así evitaremos la frustración y el condicionamiento negativo del proceso de vestirse.
4. Vístete con tu hijo. Enseñarás con tu ejemplo y, además, marcarás el ritmo.
5. Una vez domine las técnicas del vestido, animale mediante el juego a reducir el tiempo que necesite (podréis jugar con el cronómetro).
6. Permítele elegir. El hecho de que sean los niños quienes elijan qué se pondrán al día siguiente reduce la probabilidad de resistencia al día siguiente.
Pese a estas pautas muchos papás refieren que sus hijos siguen mostrando resistencia a tomar autonomía frente a esta tarea. Incluso podemos encontrarnos un retroceso, cuando un niño que ya era independiente en el vestido vuelve a pedirnos ayuda en un proceso que ya tenía aprendido. En estos casos, es importante que trabajemos en que el niño comprenda que es una tarea que le corresponde a él. Incluso, s llegan a presentarse conductas desafiantes que llegan a entorpecer la rutina familiar, es importante que apliquemos consecuencias.
Las técnicas de crianza pueden ser complicadas a la hora de aplicarse y a veces podemos vernos ‘bloqueados’ frente a situaciones cotidianas.
Esperamos que estas pautas os puedan ayudar a que el momento del vestido sea algo agradable y no una discusión matutina y, si pese aplicar éstas sigue siendo un conflicto, te animamos a consultar con un profesional para diseñar un plan individualizado y adaptado, siempre rumbo hacia tu bienestar.
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